Este es mi templo creativo

martes, 9 de octubre de 2018

CUANDO PERDÍ A MI MADRE

Madre

No recuerdo cuando te perdí. No te recuerdo en mi infancia.
En algún sentido me sentí huérfana desde no sé qué momento, pero muy niña.
Creo que te pasaba lo mismo, porque alguna vez confesaste también que no me recordabas.

Lo que recuerdo son mis ganas de que alguien me felicitara y se sintiera orgulloso de mí, y de que alguien me defendiera. Eso no lo encontré en casa, donde mis hermanos y tú formaron un círculo perfecto, yo no embonaba, así que bueno, tenía a los vecinos, tenía a los maestros, tenía a los de la iglesia, tenía la escuela, por eso me dormía en casas ajenas, por eso me esforzaba como enloquecida por ser la mejor del grupo, cómo disfrutaba el cariño de la maestra Trini, o el afecto del hermano Pepe y su familia.

¿Cuántas veces me sentí sola? ¿cuántas veces sentí yo que no tenía un lugar en la casa?

¿Cómo te imaginas que me sentí cuando me enteré que mi hermano se casó y no me invitaron? y más... que llamaste a la casa y yo contesté, me saludaste calidamente y perdiste hablar con mi papá, era para invitarlo a él... no a mí.

Sé que te lavarás las manos, que es un asunto de él, y él sabe a quien invita... como si esa culerada que sabías que me iba a hacer no tuviera nada que ver contigo... nada que me haga daño tiene que ver contigo, tu no eres capaz de decir una palabra en mi defensa, nunca ante nadie, mucho menos ante tu hijo.

Creo que para mí ya fue suficiente, ya no los quiero cerca. Que bueno que se tengan el uno al otro. Yo toda la vida he estado sola así que más me vale darlos por perdidos.

Dices que te sientes arrimada, esta casa la compré para ti y para mi papá, tu dijiste que no sabías que hacías aquí en "esta pinche casa que ni es tuya"... como quieras... te prometo que pronto me iré para estés más cómoda.

Dices que cuando te perdone te hable... ¿para qué?... no tienes la culpa, tu puedes preferir a quien gustes, te nace tan natural ese impulso por proteger a mi hermano siempre, sigue haciéndolo, solo aléjate de mí...


sábado, 20 de noviembre de 2010

BREVE APOLOGÍA DE LA OPINIÓN



De acuerdo con Mr. Wikipedia el término opinión tiene diferentes significados, pero en filosofía es el:

Grado de posesión de la verdad respecto de un conocimiento que se afirma como verdadero sin tener garantía de su validez. Se contrapone a la certeza como posesión plena de la verdad que se afirma sin sombra de duda acerca de su validez.”

Ahora bien, conforme a lo dicho en otros tratados, no le atribuyo al ser humano -por principio- la capacidad de tener certezas reales en ningún grado. Las certezas que cualquier ser humano diga tener no son sino parte de su creación, que como ya he mencionado, es una ficción elaborada en el imaginario de cada individuo. Y toda vez que no hay certezas, tenemos en consecuencia que cualquier manifestación de nuestra creación no es más que una opinión, es un conocimiento aplicado y/o mentado que necesariamente se afirma como “verdadero”, esto es -claro está- una verdad relativa dado que no es posible otorgarle validez absoluta.

Entiendo por opinión toda acción emanada de la creación humana, esto es en términos weberianos, aquella conducta humana que su propio agente o agentes entienden como subjetivamente significativos, y en la medida en que lo es; tal conducta puede ser interna o externa y puede consistir en que el agente haga algo, se abstenga de hacerlo o permita que se lo hagan. En otras palabras, opinión es todo aquello que proviene directamente de la creación humana que es quien dicta el significado de la acción.

Toda acción humana es concretización de la creación humana, dado que se desprende de ésta, manifestándose. Digamos que siendo pintor, la creación se elabora en la mente del artista, y al estar frente al lienzo (que representa la situación) se manifiesta la creación a través  de las pinceladas hechas sobre el lienzo concretizando o manifestando, de esta manera, la creación del artista que se hallaba inicialmente en su mente. El sentido de la vida del ser humano, siguiendo este ejemplo, es hacer una obra maestra. Esto significa que el ser humano diseña una recopilación de acuerdos,  que en su conjunto integran todo su espectro abstracto, ideal, digamos que es la superestructura del individuo. Luego, el individuo armado de dicho espectro resuelve una situación dada, o como diría Huxley, se enfrenta a lo que “le acontece”, y obtiene conforme a su creación una experiencia determinada, cuando su creación se materializa resolviendo de tal o cual manera la situación dada, y resultando de todo este proceso la obra maestra de su creador.

Toda historia de vida es el relato de la experiencia, que es el conjunto de una creación ideal puesta en acción frente a una situación dada a través de la materialización de la creación ideal. En virtud de lo anterior podemos acordar con el Taliban la importancia de la ontología y la escatología, pero entendiendo la ontología como el origen que no puede ser más que la creación ideal, y la escatología como el resultado que no es otro más que la experiencia.

Opinión, es un hacer, no hacer, o dejar que hagan, acción que proviene de la creación ideal humana. Y toda vez que la creación ideal cobra sentido cuando se manifiesta a través de una acción, puesto que dicha acción nos representa una experiencia y la experiencia  constituye nuestra existencia misma, opinar es de vital  importancia. Opinar nos da vida, confirmamos nuestra existencia cuando opinamos, pues manifestamos a los semejantes de que está hecha nuestra creación ideal, invisible para todos hasta el momento en que se concretiza, en esa acción.


Opinar es Ser Situación para Otros, y podemos de manera indirecta modificar la creación ajena y por consecuencia la vida entera del otro, conforme a lo que resulte de nuestra creación. En una relación de pareja donde el otro es insoportable, bien podemos quejarnos y decir: las cosas no van a funcionar porque con mi pareja no se puede… y por qué no nos preguntarnos ¿qué clase de situación estoy siendo para mi pareja que mi pareja reacciona conmigo de la manera en que  lo hace? Yo no puedo cambiar a mi pareja, pero puedo cambiar la situación que yo soy para ella, y si yo modifico mi creación de manera que cambie la forma en que resuelvo las situaciones que me son dadas de modo que yo resulte ser una situación distinta para los que me rodean, seguramente los otros reaccionarán de manera distinta también. Y voilá, haciendo esto podríamos transformar al mundo- casi tengo fe en esto (obviamente estoy bromeando)-.



Opinar es Ser, he dicho que el ser humano es un ser social, un individuo no es nada sino a partir de que interactúa con un otro u otros, esto es porque necesita compartir su creación para confirmar su existencia, necesita ser escuchado, necesita que alguien note que “Es”, necesita manifestar su creación, manifestar su punto de vista, manifestar lo que ve y como lo ve.

“Quise decir: ¡qué bella mariposa!, pero no había nadie”


¿Qué caso tiene crear, incluso, manifestar lo creado, si no hay quien escuche?
Dicen que buscamos vivir en pareja porque necesitamos tener un testigo de nuestra vida.

He dicho que el ser humano necesita ser escuchado, esto es, necesita ser amado. Como ya he mencionado escuchar es amar, escuchar es hacer callar la creación propia que habla, para contemplar la creación ajena.

AMAR-   CALLAR-    CONTEMPLAR
SER AMADO-    OPINAR-    SER CONTEMPLADO


Como todo diálogo, se requiere de un emisor y un receptor, el ser humano es emisor cuando opina, es receptor cuando ama; y ambos procesos, distintos, independientes pero estrechamente relacionados entre sí, son vitales para el ser humano, y son lo que hace humano al humano.

Porque el humano requiere de un tiempo para amar y un tiempo para ser amado, un tiempo para escuchar y un tiempo para hablar, un tiempo para callar y un tiempo para escuchar, un tiempo para contemplar y un tiempo para ser contemplado; y ambos procesos integran lo que denomino diálogo humano.



En virtud de lo anterior, dado que la opinión no tiene validez absoluta, no debe verse más allá de los límites de la relatividad, entendiendo esto, podemos escuchar la opinión de otro con toda la libertad, manteniendo un diálogo humano sano y equitativo, puesto que sabemos y entendemos que quien opina nos habla desde su creación personal, no hay porqué sufrir por la opinión de los demás, sino dejar que el otro sea todo  lo que pueda ser, como dirían the men who stare at goats, y bajo esta misma libertad todos deberíamos poder manifestar lo que nuestra creación ideal nos dicte. He dicho que la opinión es tirana, es cierto, necesariamente, por naturaleza, la opinión dado que proviene de una creación particular, no debería imponerse, quizá parcialmente o completamente podría acordarse, pero nunca imponerse a los demás, puesto que la opinión si quiere considerarse como verdad, lo es únicamente para su creador, y no obligatoriamente para los demás.



Luego, en un mundo donde todos sabemos amar y opinar, podemos generar diálogos nutritivos, creativos y positivos. Ninguna opinión sobra, ninguna debería estar de más, todas deberían tener la oportunidad de ser escuchadas, aún cuando no sean acordadas, merecen tener la oportunidad de nacer y de hacerse valer en la mesa de debate.


He dicho que el ser humano conforma su creación con aquellos elementos abstractos más inteligentes y útiles que tiene a su alcance para enfrentar las situaciones dadas, de manera que aquella persona que se encuentra deprimida, esta en ese estado porque  su creación le dicta resolver de esa manera una situación o conjunto de situaciones, y que dicha manera de enfrentar lo que le acontece es la forma más inteligente que posee para hacerlo; quizá pudiera hacer algo más inteligente, pero lo ignora.


Pues bien, la opinión al exponer en mesa de debate la creación ideal, deja vulnerable las debilidades e incoherencias que pudieran existir a su interior. Escuchar y opinar, ambos procesos de manera independiente, son mecanismos efectivos para pulir la creación propia, para fortalecerla y para dotarla de herramientas cada vez más inteligentes para resolver las situaciones que se nos presenten en nuestra vida, de modo tal que podamos vivir obteniendo experiencias cada vez más satisfactorias y controladas.


Y bien, pues, entonces “a coger y a opinar, que el mundo se va a acabar.”


                                                           -  Loca de los Gatos

DEL ACTO DE AMAR (PARTE I CON DEDICATORIA)

                           PARA MI BEBÉ




RAZONES (Bebé)


Te echo de menos, le digo al aire, te busco, te pienso, te siento y siento que como tú no habrá nadie.
Y aquí te espero con mi cajita de la vida, cansada, a obscuras, con miedo y este frío nadie me lo quita.
Tengo razones para buscarte, tengo necesidad de verte, de oírte, de hablarte.
Tengo razones para esperarte porque no creo que haya en el mundo nadie más quien ame.
Tengo razones, razones de sobra, para pedirle al viento que vuelvas aunque sea como una sombra.
Tengo razones para no quererte olvidar, porque el trocito de felicidad fuiste tú quien me lo dio a probar.
El aíre huele a tí, la casa se cae porque no estás ahí, mis gatos, mi mano, mi voz, te buscan a tí.
Mis pies son como de cartón, que voy arrastrando por cada rincón.
Mi mundo se hace gigante y en el me pierdo yo.
Mi corazón se vuelve a caer, mis flores se mueren de pena.
Mis lágrimas son charquito que caen a mis pies.
Te mando besos de agua, que hagan un hueco en tu calma.
Te mando besos de agua, para que bañen tu cuerpo y tu alma.
Te mando besos de agua, para que curen tus heridas.
Te mando besos de agua, de esos con los que tanto te reías.



Amor es ser completamente aceptado y profundamente comprendido” Shilem Gordon Woskonsy



Amar es la disposición de contemplar la creación de un otro. Es la disposición de hacer guardar en silencio la creación propia para escuchar la creación del ser amado.



No es necesaria la admiración ni mucho menos el acuerdo, solo el silencio de la contemplación.


El acto de amar es contemplación pura, ninguna voz ajena a la del ser amado puede permitirse en ese sublime momento en que la voz del amado se manifiesta desde las profundidades de su creación.


Contemplar en silencio la obra de un otro es aceptarlo, obligadamente amar es aceptación total.


La comprensión resulta de esa contemplación, del escuchar al otro, y la profundidad de la contemplación se adquiere con el tiempo y esfuerzo aplicado en la contemplación de la creación del amado.


Amar es un acto y puede convertirse en un conjunto de actos, no es magia, no es en sí emoción o sentimiento, si bien los genera. Amar es una acción, y el acto consiste en callar para escuchar; contemplar para comprender.


                                                   -   Loca de los Gatos.

DE LA EXPERIENCIA COMO SENTIDO DE VIDA



He dicho que la experiencia es lo único que tengo. Por respuesta a la anciana pregunta existencial: ¿de dónde vengo y hacia donde voy?, debo confesar que no tengo la menor idea, pero además “ni me importa” -cito a mi tía Lorena.

Es uno de los grandes misterios de la vida que no intentaré resolver, no perderé el tiempo investigando lo que considero que nunca voy a encontrar.

A lo largo de la historia todo tipo de personajes han elaborado respuestas a veces simples, a veces impresionantemente complejas sobre este asunto, pero siempre me encuentro en el fondo de las más rebuscadas explicaciones un punto de partida que solo se entiende a través de la fe.

Con la fe no simpatizo por mi franca convicción de asesinar a dios en mi vida. Así que ante la ausencia de fe en mi concepción del mundo, no me queda más que la experiencia.

- Vivir por vivir, aquí, ahora en este momento, creando y buscando la experiencia más enriquecida e inteligente, mejorando y perfeccionando siempre mi arte en mi creación misma, rescatando lo mejor de todo y de todos, cual María quien eligió la mejor parte, y que no se será quitada.  

No respondo porqué estoy aquí, inmersa en una situación determinada que yo no pedí. De pronto nací en una familia, en un país, con un cuerpo, cobijada en una cultura determinada, etc. Llegue además con una conciencia y una voluntad.

Tengo necesidades y comienzo a buscar el modo de satisfacerlas, comienzo a aprender, comienza mi proceso de socialización. Dicen que los niños son como esponjas, que lo absorben todo, con facilidad aprenden cualquier cosa. El conocimiento les es útil para resolver las situaciones que enfrentan.

“Todos resolvemos nuestra situación siempre de la manera más inteligente que conocemos.”

El conocimiento, sin embargo, no puede ser entendido como una verdad absoluta, el conocimiento, todo tipo de conocimiento, no es más que una ficción, una elaboración abstracta de la creación de algún ser humano o de la creación de un conjunto de seres humanos.

Cultura es la ficción elaborada y acordada por una sociedad determinada, en otras palabras, es la creación compartida por una sociedad. El modo de vestir, el idioma, el modo de alimentarse, la manera de trabajar, los buenos modales, la educación, las leyes, etc., son cultura, son ficción social, son creación social. Aprender cultura nos permite integrarnos a determinado grupo social, acordar con ellos lo que juntos hemos establecido nos conducirá a enfrentar las situaciones de una manera determinada, lo cual por consecuencia, nos hará experimentar dichas situaciones de una manera también determinada.

Entender esta ficción como lo que es: no más que ficción, permite ser flexibles al momento de enfrentar nuevas culturas, de manera que toparnos ante la creación de otro no representa más que enriquecimiento, alimenta la curiosidad, nos aporta elementos que podríamos o no llegar a acordar, pero que sin duda nos benefician, siempre, sí, siempre que no permitamos creencias endurecidas en nuestra creación particular, que dicten tajantemente “yo estoy bien, los demás se equivocan”; si todo es ficción ¿cómo puede alguien equivocarse? En fin, me desvío y eso será tema para otro café.

De niña aprendí, casi sin cuestionar, lo que me enseñaron. En mi creación individual yo acorde infinidad de cosas que la situación me propuso, con ese conjunto de elementos adquiridos fui amansando mi creación y definiendo un estilo artístico propio.

Mi creación consiste en una ficción elaborada por mi (lo que yo llamo arte) en base a los elementos externos (situación) que todo lo Otro (lo que no soy yo) me ofrece y que yo acuerdo. Esta última parte es vital, pues mi creación tiene como característica fundamental  el hecho de contener mi voluntad, pues no hay manera de que ningún elemento externo sea integrado a mi creación si no es a través del acuerdo. De manera que como ya mencioné en el apartado “De la experiencia”, dado que el acuerdo requiere de mi voluntad para ser integrado a mi creación, soy responsable yo y nadie más del contenido de ésta y hasta sus últimas consecuencias.

“El hombre es completamente responsable de su creación, lo asuma o no.”

 La situación te puede exigir matar a alguien, pero si no es tu voluntad, si no lo acuerdas, no lo vas a realizar. Un Otro podría tomar tu mano y hacer jalar el gatillo, ¿pero aún en ese caso extremo se considera que hubo voluntad de tu parte? No lo creo. Por tanto, el hecho de que el gatillo fuera jalado teniendo tu mano en el arma no implica que sea tu responsabilidad, quizá estabas dormido cuando eso ocurrió.

En cambio si alguien te dijo que eres un inútil y tú te lo crees, no puedes imputarle a quien te lo dijo lo desgraciada que ha sido tu vida a causa de esa creencia, pues fue tu voluntad integrar esa idea a tu creación, y eres responsable de todo lo que tu creación traiga como consecuencia. Ahora, ¿qué sucede si no acuerdas? Si alguien te dice inútil y tú crees que no eres inútil, ¿qué pasa? Creo que no tendría porque pasar nada.

Ahora bien, si este sistema cultural en el que “nos tocó vivir”, como diría Cristina Pacheco, nos hace autojustificarnos y mentirnos, de modo que a veces se dificulta ser concientes de las cosas que acordamos con el Otro y las que no ¿cómo podemos hacer visible dichos acuerdos?

Bien, hay un elemento infalible, que de observarlo con atención obsesiva traería a flote todos y cada unos de los acuerdos que, cual base de ice berg, nos encanta mantener en la profundidad de nuestra creación como si no existieran o no los hubiésemos creado, esto es: la emoción. La emoción nunca miente, la emoción viene siempre como consecuencia directa de nuestra creación, y jamás, por ningún motivo, proviene de otro lado. Nadie puede derramar una emoción en nuestro lugar, la emoción es nuestra, es producto de nuestra creación, es hija de la creación y es la creación misma concretizada.

De tal manera, que si te dijeron inútil y te deprimes, ocurre que hay un acuerdo en tu creación que te genera tal emoción. La emoción no proviene en realidad del dicho del Otro, sino de las entrañas de tu creación. Así que valdría la pena reflexionar si es que acaso ese acuerdo me agrada como para mantenerlo en mi obra maestra, o quizá sería mejor idea desecharlo de forma que si al Otro se le antoja decirme inútil, pueda reconocer que nada tiene que ver su dicho conmigo, y por tanto simplemente tendré que ignorarlo.

Identificar qué acuerdo hay detrás de cada emoción vertida por mi cuerpo físico, me permitirá ser conciente de lo que a voluntad estoy creando. Puedo afirmar que nadie me hace feliz, nadie me hace enojar, nadie me entristece, sino que esa es la respuesta que puedo dar conforme a mi creación ante los estímulos de la situación en la que me hallo en determinado momento.

Nuevamente insisto, la creación propia es responsabilidad de su autor hasta sus últimas consecuencias.

Entiéndase entonces que nuestra creación en abstracto se transforma en creación concreta al materializarse –entre otras cosas- en emociones, y todo ello en conjunto y frente a una situación dada es lo que llamo experiencia. Nuestra creación define a la experiencia por un lado, así como la situación que soy yo para otros, porque ambas cosas son resultado directo de mi creación en abstracto.

De la primera, como ya abundé, la experiencia es la manera como enfrento la situación cualquiera que ésta sea, y que se desprende, ya quedó claro, directamente de mi creación.

De la segunda que apenas abordamos, es preciso decir lo siguiente: así como el Otro es situación para mí, yo soy el Otro de los Otros, por ejemplo, mi hermano es Otro para mí, y yo soy Otro para mi hermano, y por tanto, la creación de mi hermano y todo lo que mi hermano es, genera situación para mí, en su creación impera una voluntad, la de él, no la mía, así que lo que el haga dado que es parte de mi entorno, es situación para mí; ahora bien mi creación y lo que devenga de ella son situación para mi hermano y para todos los que me rodean, y dado que en ella impera mi voluntad, yo soy responsable de la situación que yo estoy siendo para él y para todos los que alcanzo a afectar con mi existencia.

Soy responsable de mi creación, esto es de los acuerdos mediante los cuales integré elementos externos a mi, así como de mi arte particular para crear, es decir, la manera como fui acomodando en mi imaginario todos esos elementos de tal manera que mi creación se hace única, y como consecuencia directa, soy responsable de la manera como experimento las situaciones a las que la vida me expone, y de la situación que soy para otros al momento de manifestar a través de mis acciones mi creación en abstracto.

Mi creación es tanto en abstracto como en lo concreto. La concretización de  la creación es la manifestación física de ésta, es la materialización de lo que hay en nuestra mente y que se observa en nuestras emociones, nuestras acciones y reacciones, opiniones, etc., es en general todo aquello que deviene en experiencia pura y cuyo origen es siempre la creación abstracta.

En conclusión, la experiencia es lo único que tengo, no me interesa saber el origen de mi existencia, ni hacia donde voy, ni resolver ningún asunto que se encuentre entre los que considero “misterios de la vida”, solo cuento con la experiencia, que es lo que hago con lo que me sucede. Lo que me sucede no lo cuestiono, esta ahí, me fue dado, es situación, pero está ahí para que yo lo viva de algún modo, del modo como mi creación me conduzca.

La experiencia, que es lo único que importa en esta vida, es mi creación aplicada a la situación. Por lo que el sentido de mi vida se define como una búsqueda de las mejores experiencias vivibles, lo cual se pretende lograr mediante la perfección y enseñoramiento de mi creación; la perfección que busca la creación más inteligente para enfrentar una situación de modo que me genere la experiencia más rica posible; el enseñoramiento de mi creación que consiste en asumir la responsabilidad de todo lo que creo (del verbo crear) hasta sus últimas consecuencias, de manera tal que a conciencia pura y voluntad,  pueda escribir la historia de mi vida y afirmar, como quizá dijera el niño terrible de la poesía, Arthur Rimbaud:

“He querido decir lo que aquí dice, literalmente y en todos los sentidos”.


                                                     -  Loca de los Gatos







Querido Satán, te conjuro: ¡una pupila menos irritada!
Y, en espera de algunas peque
ñas infamias que se
Demoran, para ti que prefieres en el escritor la ausencia
De facultades descriptivas o instructivas, desprendo
Estas horrendas hojas de mi cuaderno de condenado.



J. Arthur Rimbaud

DE LA EXPERIENCIA

“Experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede” Aldous Huxley

D´accord avec Huxley

¿Pero qué define el “qué hacer con lo que te sucede”?
R= Tu creación

Desde mi nacimiento he venido elaborando lo que yo denomino “mi creación”, esto es el conjunto de ideas que he amasado en el sueño de mi vida. Esta gran masa en abstracto se ha enriquecido a partir del contacto con lo que llamo “el Otro”, esto es, todo lo externo a mí. Eso Otro impacta mi creación en dos movimientos, dándole a ésta un diseño único frente a creaciones ajenas.

1)   El primer movimiento ocurre cuando integro a mi creación un elemento propuesto por el Otro. Este acto lo denomino “Acuerdo”, tomando prestado el término de Don Miguel Ruíz.

2)   El segundo movimiento consiste en la manera como integro ese elemento propuesto por el Otro, de tal modo que se ajuste a la lógica, coherencia y/o inercia que lleva la  creación propia en conjunto; a este acto yo lo denomino “arte”.

El primero tiene que ver con mi relación con el Otro en la medida que dispongo acordando o no la propuesta del Otro.

El Otro propone, Yo dispongo

El segundo es el proceso íntimo que ocurre cuando dispongo “acordar” un elemento externo, y consiste en la manera particular, individual, única en que yo, como cada individuo, integro a mi creación dicho elemento externo acordado.

De tal manera que armados con nuestra creación vivimos “lo que sucede”, esto es lo que yo denomino “Situación”, experimentándola  de manera particular, de tal suerte que podemos varios individuos estar viviendo una misma situación y no por ello coincidir en nuestra experiencia.

De la situación cabe mencionar, que nos es dada. La situación no contiene nuestra voluntad, por lo tanto, jamás deberíamos pretender cambiarla, porque, insisto, es propuesta, es el Otro, es lo externo a mi.

¿Pero cómo sé dónde termino yo, y dónde comienza la situación?
R= Todo el vasto mundo donde impere “mi voluntad”, soy yo. Todo aquello donde no esté presente mi voluntad, es el Otro.

Todo aquello que no soy yo, es situación para mi. La situación no la puedo modificar directamente, pero sí puedo decidir la experiencia que pudiera obtener de ella, dado que incumbe a mi voluntad el diseño de mi creación que definirá “lo que hago con lo que me sucede”, en otras palabras, “lo que hago con la situación”.

Hasta aquí podemos alcanzar a visualizar la importancia que tiene nuestra creación, dado que ella es la fuente de la que se desprende la riqueza o pobreza de nuestra experiencia ante cualquier situación a la que estemos expuestos.

“No importa que nos suceda, importa lo que hacemos con lo que nos sucede”.

Me pregunto cómo puedo lograr ser maestra de mi propia creación de manera que pueda coleccionar en mi vida experiencias geniales.

No nacimos para ser presas de la situación, dado que la situación  no puede penetrar el imperio de nuestra voluntad. A nuestra creación no se integra nada que no tenga autorización de nuestra voluntad. Nuestra creación siempre es nuestra responsabilidad, lo reconozcamos o no, nadie puede decidir por nosotros.

Dicen que dios nos dio “libre albedrío”, nada más ilustrativo de lo que intento explicar que ese dicho. Lo que hacemos con lo que nos sucede es nuestra responsabilidad, pues es nuestra creación misma.

“Soy el mismísimo creador de mi propia experiencia, no así de lo que sucede.”
No soy responsable de la manera como fui educado en mi hogar, pero soy responsable de lo que yo hice ante dicha situación, porque soy el mismísimo creador de mi experiencia, se me puede imputar todo aquello que se desprende de mi creación, se me puede imputar lo que hice con mi situación.

Por ejemplo, si soy hijo de un alcohólico, se me puede reconocer ante tal situación, sin embargo, si yo me hago alcohólico, me es imputable ese hecho dado que desde el imperio de mi voluntad yo acordé serlo. No soy responsable de que mi padre sea alcohólico, eso es cosa del Otro, eso es parte de la Situación; pero sí soy responsable de “la manera como yo experimenté la situación”, en otras palabras, soy responsable de lo que yo hice con la situación.

De tal manera que entendiendo esto no es posible justificar nuestras experiencias señalando lo terrible de nuestra situación, no es posible sentirnos víctimas o ver como víctima a nadie. Soy responsable de mi creación, de todo lo que he amasado en ella, de lo que he acordado o no  a lo largo de mi vida, de la manara como he integrado elementos externos a mi vida, y finalmente de lo que hago con las situaciones a las que estoy expuesto lo cual  corresponde de manera directa a mi creación.

Por tanto, dado que la creación es una obra personal, si el artista de la misma en algún momento se da cuenta que no es lo que el buscaba, que su colección de experiencias no le satisfacen, que alcanza a vislumbrar un mayor potencial en su interior, como para crear una obra de arte fantástica; puede este artista hacer un alto, recapitular en los acuerdos que ha hecho, y decidir rehacer su obra maestra, tantas veces como lo requiera en su vida.

Un maravilloso ejemplo de todo lo expuesto es el mediometraje “El circo de las mariposas”. La experiencia de la vida del hombre en esta tierra nada tiene que ver con la situación a la que tenga que enfrentarse, sino a la creación, que esta inicialmente en el imaginario de su creador y que se concretiza  al resolver eso que, como diría Huxley, “le sucede”.

La forma como resolvemos lo que nos sucede, esto es, la experiencia que vivimos ante lo que nos sucede puede ser tan genial o mediocre, como genial o mediocre sea nuestra creación, y no es excusa cuan difícil sea la situación que haya que enfrentar, pues ya lo dijo Mr. Méndez:

“Entre más grande la prueba, más glorioso el triunfo”.


                                                              - Loca de los Gatos

DE LA MUERTE DE DIOS

"La invitación de matar a Dios (mayúscula intencional) consiste en vivir una vida libre de fe, esto es,  libre de toda creación endurecida." 

Matar a Dios es reconocer que el hombre no tiene acceso a la Verdad Absoluta.

En este sentido, y tomando como ejemplo el conocimiento que responde a  preguntas existenciales tales como: por qué estoy aquí, hacia dónde voy y de dónde vengo, podemos observar que a lo largo de la historia el hombre ha intentado contestar esas preguntas y las ha respondido de una manera inmensamente creativa e ingeniosa, a tal grado que se han elaborado complejas explicaciones al respecto, tenemos la versión religiosa, filosófica y hasta científica, por mencionar algunas. Creer estas versiones con fe, es decir, como si tal o cual respuesta fuera absolutamente verdadera, es lo que yo llamo una creación endurecida. Pues es una creación bastarda del hombre; bastarda en tanto que el padre de tal creación no reconoce dicha creación como propia, y vive su creación como algo que ha estado ahí, que está y que permanecerá, independientemente de él mismo.

Por ejemplo, si yo creo  (del verbo crear) la versión cristiana de que Dios nos ha puesto en la tierra con un propósito, provengo de Él y voy hacia Él, y luego desconozco que dicha historia que responde a mis preguntas existenciales es producto de mi creatividad;  endurezco en este acto mi creación al añadirle fe.

CREO A DIOS    +    DESCONOZCO QUE YO CREE A DIOS.
= AÑADÍ FE A MI CREACIÓN AL ASUMIR QUE DIOS ES VERDADERO Y, POR TANTO,  EXISTE FUERA DE MI IMAGINARIO.

Tenemos, pues, una brillante Verdad Absoluta, y en tanto cierta, incuestionable. No se cuestiona desde el momento en que se le atribuye la calidad de Abosoluta en contraposición con lo relativa que pudiera ser una creación personal. Este conocimiento tiene ya vida propia, se entiende como Descubierto, no como Creado.

En consecuencia, nulifico la responsabilidad que pudiera tener sobre mi creación, puesto que desconozco que es creación mía y la "descubro como una Verdad Absoluta", externa a mi voluntad, y por tanto, yo no puedo ser responsable de lo que "Dios haga", es decir yo no soy consciente de ser la causa directa o indirecta de esa creación bastarda y puedo exigir que no se me impute por las consecuencias de mi creación.

Matar a Dios es renunciar a ser irresponsable con mi creación, es reconocer la paternidad de todo lo que yo creo (del verbo crear), es dejar de creer (de tener fe) en Verdades Absolutas y asumir que no podemos los humanitos más que tener verdades relativas, esto es, creaciones personales, y las consecuencias de nuestras verdades relativas, dicho de otro modo, las consecuencias de nuestra creación, son todas ellas imputables a su creador.

Matar a Dios es vivir como un Creador responsable de su obra, que se niega a creer que tiene acceso a Verdades Absolutas dado que todo lo que el humano pueda nombrar será siempre relativo, es decir, es una creación imputable a su creador; -si bien,  éste es libre de producir lo que a su gusto le plazca-.

                                        - La loca de los gatos

LOS SORDOS

Todos hablan y nadie escucha, tenias razón bebito hermoso, y amar es la disposición de callar para escuchar, para entender lo que siente el otro.
Ya no creo en las creencias, basura de ideas que solo sirven para apaciguar las conciencias, para ordenar artificialmente el caos y adornar la miseria.
Este es un mundo de locos sordos solitarios, todos estamos enfermos de zombismo, aún más los que creemos que podemos pensar, somos los que hablamos más, soliloquios estúpidos e ingénuamente pretenciosos, tejemos historias increíbles, no-creíbles...


Ya no creo en las creencias, me niego a armar una historia que me haga sentir mejor, dedicaré mi tiempo a leerte, a escucharte, solo me interesa amarte haciendo el esfuerzo de escuchar y entender lo que sintió tu corazón. Solo creo en tí, solo tu historia me interesa y es dura, clara, y por clara extremadamente dura, no dejaste espacio a interpretar: "significa lo que significa, palabra por palabra". Aún así somos tan idiotas que nos  atrevemos a escribir palabras en tu boca. Qué pecado.


Fuiste tan esencial en tus palabras -mi niño- crudo, directo, seco, literal, transparente, bello, espeluznantemente sincero, perfectamente completo,vidente -dios- tan preciso profeta,

¿Qué hacía aquí mi bebé entra tanta basura? ¿cómo podrías sobrevivir entre nosotros? tu cuerpo manifestando la enfermedad del alma, tu alma encarnando la falta de alegría, qué ineptos fuimos... qué vulgares... qué poco te merecíamos, entiendo porqué te fuiste, te secamos la vida, todos cómplices asesinos.

Todos hablan, nadie escucha, y creemos que entendermos, aún más, creemos que comprendemos. Que mundo de locos. Qué tristeza. Cuánta carencia de amor. Cuánta soledad, todos lo saben, todos deciden ignorar.


Loca de los gatos, a 19 de septiembre de 2010